La piel es nuestro órgano más grande. Nos protege del mundo exterior y define gran parte de nuestra apariencia física, además de influir en nuestras interacciones sociales. Es, en definitiva, nuestra carta de presentación.
Por ello, mantenerla saludable es crucial, y la higiene es el primer paso esencial. En este contexto, entra en juego la higiene estética trivalente. No se trata de una simple limpieza facial superficial, sino de un tratamiento con efectos múltiples, por eso se le denomina trivalente.
Es trivalente porque actúa sobre el rostro, el cuello y el escote; es trivalente porque considera las características individuales, el cronotipo y las estaciones del año; es trivalente porque trabaja a tres niveles: la epidermis, la dermis y los músculos faciales.
La higiene estética trivalente no es un tratamiento estético común, sino un protocolo científico certificado, completamente personalizable según las necesidades de cada individuo. Su objetivo es mantener la salud de la piel durante 12 meses. Respaldada por productos dermatológicamente testados y en colaboración con la Universidad de Ferrara, esta tecnología permite trabajar en profundidad, restaurando de manera fisiológica las funciones de la epidermis, brindando soporte y nutrición a la dermis, y proporcionando tonificación y restauración a nivel de los músculos faciales.
El resultado es una piel más saludable, más joven y profundamente limpia, respetando el genotipo, cronotipo y las estaciones del año que influyen en nuestra piel. Es la evolución de un servicio básico pero esencial en los centros de estética: la limpieza facial.